6-6 Rajasthan PUSHKAR FAIR - India
Después de duros días de viaje, de diferentes paisajes y vivencias, siempre es necesario retirarse a algún lugar para descansar, antes de proseguir el viaje o volver a la rutina, para nosotros este sitio era Pushkar, acogedora, tranquila e interesante localidad, descansa a orillas del lago Pushkar al que debe su nombre, y al mismo borde del desierto, rompe su tranquilidad anualmente con la celebración de la Feria del Camello, o Kunda Mela, la fecha exacta en la que acontece la feria, depende del calendario lunar, pero en la terminología hindú, cae en la luna llena de Kartik Poornima, entre finales de Octubre a finales de Noviembre, llegamos una semana antes del acontecimiento, la vida en Pushkar era tranquila, era momento de descansar y tomar aliento, de contemplar el paso del tiempo, de la vida, pronto toda esa paz aparente iría transformándose.
Poco a poco fueron llegando los primeros comerciantes ambulantes, cada uno buscando su sitio, su esquina, en el horizonte se acercaban las primeras manadas de camellos pastoreadas por esbeltos y estilizados caballeros aturbantados, cada rebaño ocupaba su lugar en la vasta extensión a las puertas de Pushkar, un festival de color empieza a discurrir por sus calles, las mujeres Rajasthanis lucen sus mejores prendas, las calles repletas ya de pequeños tenderetes como un gran mercado, cada uno ofreciendo lo mejor de si mismo, los peregrinos visitan el templo de Brahma, y realizan sus abluciones, es increíble como en pocos días el silencio se ha transformado en bullicio, altavoces a todo meter, anunciando las actividades y la música local, el circo, las bestias, las almas, un amasijo de color, y de vida.
Los diferentes clanes del desierto se concentran en Pushkar, trayendo consigo mas de 50000 camellos, tiempo de comercio y de relacionarse, de compartir y convivir bajo el cielo protector, los caballeros del desierto, son increíbles con su altiva figura, su porte y elegancia, la relación con su rebaño y con la tierra, me fascinaron con su mirada seria, su humildad y sabiduría.
En Pushkar fueron días de feria, luz y color, relax y algarabía, grandes días para terminar nuestro discurrir por la India.
Poco a poco fueron llegando los primeros comerciantes ambulantes, cada uno buscando su sitio, su esquina, en el horizonte se acercaban las primeras manadas de camellos pastoreadas por esbeltos y estilizados caballeros aturbantados, cada rebaño ocupaba su lugar en la vasta extensión a las puertas de Pushkar, un festival de color empieza a discurrir por sus calles, las mujeres Rajasthanis lucen sus mejores prendas, las calles repletas ya de pequeños tenderetes como un gran mercado, cada uno ofreciendo lo mejor de si mismo, los peregrinos visitan el templo de Brahma, y realizan sus abluciones, es increíble como en pocos días el silencio se ha transformado en bullicio, altavoces a todo meter, anunciando las actividades y la música local, el circo, las bestias, las almas, un amasijo de color, y de vida.
Los diferentes clanes del desierto se concentran en Pushkar, trayendo consigo mas de 50000 camellos, tiempo de comercio y de relacionarse, de compartir y convivir bajo el cielo protector, los caballeros del desierto, son increíbles con su altiva figura, su porte y elegancia, la relación con su rebaño y con la tierra, me fascinaron con su mirada seria, su humildad y sabiduría.
En Pushkar fueron días de feria, luz y color, relax y algarabía, grandes días para terminar nuestro discurrir por la India.
nuestras vidas cambiaron, uno ya no es el mismo después de cada viaje.
Espectaculares y sugerentes...
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