En el año 1986 tenia una deuda que saldar con el Estado, nuestra libertad e identidad secuestrada, la sensación de un año de vida perdida me invadía, pero era un barrera que había que superar y crecer con la experiencia, intentar aprovechar lo positivo que no era demasiado de aquella historia, la memoria de aquel año solo puedo visualizarla de manera transversalmente horizontal.
Tuve la suerte de caer en Madrid city, y a las pocas semanas hice pasar a una amiga mía que residía allí por mi tía, consiguiendo asi el pase para salir todos los días de aquella cárcel.
Madrid mediodía se convirtió en mi espacio de acción y reacción, alojado en una pensioncilla del barrio de chueca, las tardes noches podían ser muy largas, y desde que me quitaba el disfraz, la calle sería mi segunda casa y la oferta cultural bestial de la capital fueron súper enriquecedoras, los conciertos en el Astoria o la Universal (The Cure, los Lords of the New Chucrch, D. Bowie, Brian Eno, Neil Young, Keving Ayers…) los cines Renoir o la filmoteca (Jim Jarmush, Copolla…) las exposiciones en el Reina Sofía (Botero, Miró, Picasso, Diego Rivera, Jasper Jons, le Courbisier..) , el teatro (El sueño de una noche de verano Dir. por M. Narros …) la noche de Chueca , Malasaña… un año horizontalmente intenso y nutritivo culturalmente, era como una esponja donde no tenia demasiado tiempo para la creación, ya que Estado y Ocio me tenían secuestrado.
No obstante aproveche aquella situación y ubicación estratégica para los fines de semana que me quedaban, poder desde el centro de la península explorar esta piel de toro, destinos de viaje furtivo, la cámara siempre me acompañaba, aunque cierta melancolía y soledad me embargaban, e inundaban el paisaje de mis imágenes, empezaba a aprender a convivir conmigo mismo. Empezaba a crecer.
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