Siempre siento gran curiosidad por las
ciudades por descubrir, Bangkok es una ciudad basta e increíblemente, urbanizada
por grandes rascacielos, la llegada desde el aeropuerto es como dejarse
adentrar en el interior de un gran monstruo, de una mega ciudad. Bangkok esta
llena de estímulos visuales, de color y ajetreo, trafico y ruido, calor pegajoso
durante la Hot Season y
con grandes inundaciones durante la Rainy
Season, pero toda esa actividad es la que te atrapa nada mas
llegar o si bien estas de vuelta.
Kaosan Rd. es el alberge de todos los
backpackers que pasan por esta ciudad, restaurantes de excelentes delicias
locales, salones de tatoos y masaje, todas las copias y replicas del mundo las puedes
encontrar aquí, comer los mejores banana panckake callejeros que jamás paladar
haya degustado porque no solo de estímulos visuales vive el hombre. Bangkok mon
amour.
Ya andaba un par de semanas por Tailandia y
Javi estaba a punto de llegar, hablamos por ultima vez para que tomara las últimas
instrucciones de la casa de la
Mamma, donde encontré un refugio para el descanso del
mundanal ruido de la calle principal, la Mamma estaba situada en un callejón sin salida
llegando desde el templo de Kaosan a la derch. Continuando hasta la siguiente a
la izq. Y a mediante camino encontraría este pasaje donde al fondo del mismo
encontraría la casa, todas la notas correctas, estimamos el tiempo de llegada,
y finalmente en medio de la oscuridad el día acordado Javier aparecía por la
puerta cargado con su gran sonrisa, es muy grato y caluroso reencontrar a los
amigos después de tiempo en la distancia y sin Internet todavía, a partir de
aquel momento la aventura seria compartida y con la mirada puesta en el sur o
mas allá. Bangkok seria nuestra base o trampolín para futuros viajes por el
sudeste asiático.
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