miércoles, 1 de febrero de 2012

XXV 1990´s Viajes INDIA Rajasthan 5.6





5-6  Rajasthan (Jaipur-Jaisalmer) - India



Nuestra ultima etapa del viaje la reservamos para vivir el Rajasthan, al este de la India, en castellano La Tierra de los Reyes, quizás la India con su faceta mas exótica y pintoresca, el Rajasthan es como sumergirse de nuevo en la Edad Media, tierra de caballeros y códigos de honor, en esta parte de la India habitaban los rajputs, un grupo de clanes guerreros que gobernaron durante más de 1000 años, guerreando entre sí en busca de su independencia, una historia llena de alianzas y batallas, con la decadencia del Imperio mogol los rajputs empezaron a recobrar su independencia, hasta la llegada del Imperio británico, con los que firmaron alianzas que le permitirían continuar con sus Estados Independientes, gobernados todos ellos por un maharajá, con ciertas restricciones políticas y económicas, esto supuso el principio del fin para los gobernantes, que reemplazaron las leyes de la caballería y del honor,  de manera que , muchos maharajás a principios del siglo XX, dedicaban la mayor parte de su tiempo a recorrer el mundo con un enorme sequito de esposas , concubinas y criados , organizando carreras de caballos y dedicándose a los juegos de azar o jugar al polo, todo cambio con la independencia de la India, con una inclinación hacia el socialismo, en los años sesenta Indira Gandhi abolió todos los títulos y estupendios de estos maharajás, y anulo sus derechos de propiedad, muchos de ellos reconvirtieron sus fuertes en museos y palacios en lujosos hoteles, otros que no superaron el trance quedaron en el borde del camino, incapaces de hacer frente a las exigencias financieras y administrativas de finales del siglo XX.
     Es increíble como a pesar de que se hayan desvanecido todas las fortunas y sus gobernantes anteriores, todavía en la cultura Rajasthani se puede respirar ese romántico sentido del orgullo y el honor en sus habitantes, y el pasado esplendor en sus fuertes curtidos en mil batallas y en sus palacios llenos de un extraño encanto y colores chillones.
    Entramos por Jaipur, pero nuestra idea real era coincidir con la feria del camello que se celebraba semanas mas tarde en Pushkar, así que decidimos primero deambular un poco por el Rajasthan para terminar los últimos días en Pushkar.
   Jaipur es la capital del estado, la entrada al Rajasthan, conocida también como la ciudad rosa debido al color arenisca con el que se construyeron sus edificios, el mas representativo es el Hawa Mahal o palacio de los vientos, donde cuenta la leyenda fue construido con sus ventanitas para que las señoras de la corte pudieran asomarse a observar la vida cotidiana y las procesiones que tenían lugar en la ciudad,  su fundador el maharajá Jai Singh II, apasionado de la astronomía construyo en 1728, el Jantar Mantar, un observatorio que a primera vista parece un conjunto de esculturas curiosas, pero que en realidad, cada construcción tiene un propósito concreto, como la medición de la posición de las estrellas, altitudes, y azimuts, y el mas increíble es el reloj de sol, muy exacto funcionando con la hora local. Jaipur es la ciudad de las piedras semipreciosas, y de grandes miniaturistas herederos de la tradición mogol.
    Desde Jaipur partimos a Jaisalmer, si Jaipur es la entrada al Rajasthan, Jaisalmer seria la salida, situada al las puertas del desierto del Thar, frontera con Pakistan, Jaisalmer pequeña en tamaño, parece sacada del Las Mil y una Noches, su fortaleza emplazada en medio del desierto, la ciudad dorada es como sumergirse de lleno en el Afganistán de la edad media, curtida en batallas, rara vez estas fortalezas se construyeron por razones estéticas, sino mas bien por la rivalidad y ferocidad caballerescas de los jefes de las tribus rivales del desierto. Lo mas destacado aparte de deambular y perderse por su intrincado laberinto de calles, delimitado por las murallas del casco antiguo, son los templos jainistas, construidos dentro de los muros del fuerte entre los siglos XII y XV, bellísimamente decorados, dedicados a Rikhadbevji y Smbhavanthji.













































































































































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