viernes, 4 de octubre de 2013

LXXVIII 1990-2000´s - MOZAMBIQUE / Maputo 1.9 - Viajes





Una nueva década estaba a la vuelta de la esquina, nuevos proyectos asomaban su cabeza, las tecnologías irrumpiendo claramente en nuestras vidas, la sensación de cambios inminentes, antes de que todo eso sucediera tenía de nuevo la necesidad de volver a viajar y cargar de nuevo esa burbuja de oxigeno vital, así que entre octubre y noviembre del 1999 y febrero de 2000, realice lo que sería hasta aquel momento mi último viaje por el continente africano, continente que me tenia cautivado, casi embrujado, aunque también sentía tras mas de una década de viajes que algo en mi interior había cambiado. Una necesidad de cambios, de una vida diferente, también los viajes conllevan algo de rutina cuando se van prolongan en el tiempo. Pero todavía había sitios que deseaba conocer y viajar, mi destino sería Mozambique, un país con una historia dura de luchas y colonialismo, y mas tarde de guerra civil, me atraía conocer los escenarios toda aquella contienda.

Fue un viaje no exento de complicaciones, y también de muy buen rollo, solo que el comienzo fue a traspié, para que me saliese bien la cosa económica, decidí volar con la British vía Londres a Joanesbourg en Sud África, desde donde pillaría el tren dirección Mozambique – Maputo. Tenia entendido que Joanesbourg es una de las ciudades mas peligrosas del mundo, y así lo fue, nada mas llegar me hospede en un hostel dentro de un barrio alejado del centro y bastante anodino, la vida mas cercana se encontraba concentraba en un Mallcenter, donde tenia que caminar por un bulevard donde en todas las vallas electrificadas de las casas rezaban las siguientes señalizaciones, valla electrificada, respuesta armada; bueno ya iba dándome cuenta un poco del ambiente de inseguridad que respiraba esta ciudad. Por la noche planifique mi siguiente día, donde la única actividad que tenía consistía en comprar el billete de tren en la Central Station, y descansar, pues allá me fui, decidí andar con las manos en los bolsillos y dejarme todo el equipo fotográfico en el hostel, cosa que fue providencial, ya que nada mas comprar el billete en la Central Station, en pleno centro de la ciudad de Joanesbourg, calles llenas de gente, vendedores, comerciantes en la aceras, decidí nada mas salir hacer una llamada a casa y comentarles que todo iba bien, el viaje, en fin todo ok, justo nada mas pagar la llamada a la señora que estaba con un teléfono sentada en la calle, me gire y tras dar dos pasos, vi unos movimientos sospechosísimos de un grupo de 4 personas que me acorralaron, y mientras el de delante me impedía el paso blandiendo un cuchillo de cocina en sus manos, (dios mío, esto no puede estar pasándome a mi), los otros por detrás como buitres carroñeros me desgarraban los bolsillos de los pantalones procurando dejarlos bien vacíos, mientras yo intentaba que no me asestará ningún cuchillazo, y se llevaran el fajin que llevaba debajo de los pantalones con los billetes el passport etc, en una de ellas sentí que el cuchillo impactaba sobre mi ingle, una vez consiguieron el botín de mis bolsillos, salieron todos corriendo, dejándome solo de nuevo con los pantalones desgarrados, el fajin en su sitio, y un ligero punzamiento. Eche a correr y en el primer taxi que encontré me metí en él, directo al hostel, con una especie de rara sensación, y un agujero de tres puntos de sutura en mi ingle, que resolvieron con hilo y aguja en un centro medico mas tarde. ¡Empezaba bien el viaje¡, una especie de inseguridad me asaltaba ya que me quedaba mucho por recorrer, pero aun así tenia ganas por continuar adelante, al día siguiente tenía que volver al lugar del incidente de nuevo y pillar aquel tren, pedí al conductor del taxi si me pudiese acompañar hasta el andén, cosa a la que accedió súper amablemente, una vez allí comenzaba el viaje de veras, solo que esperaba que todo fuese a mucho mejor, mi única preocupación sería en las curas y quitarme los puntos una semana mas tarde.

Durante el trayecto en tren otros pasajeros Mozambicanos comentándoles mi incidente, me decían que a ellos les trababan igual, no era una cuestión de color de piel, sino una cuestión de pobreza y desigualdad.
Una vez en Maputo, se me descubría una ciudad amable, a medio terminar, pero con un ambiente totalmente diferente al que se respiraba en la ciudad de donde venia, me encanto su arquitectura, impregnada de los países socialistas, mezclado con el art noveau, los grandes murales donde se representaban las grandes hazañas de la liberación del colonialismo FRELIMO y Samora Machel, una ciudad donde se respiraba mucho arte revolucionario. 























































































































































































Maputo: la capital africana del arte y el mantel

Es una ciudad perfectamente imperfecta. Huye de tópicos, de complejos y ataduras: Es una ciudad abierta y culta. Irreverente, contestataria, orgullosa, viva... La África del siglo XXI sin perder su esencia. Fuera estereotipos, una ciudad del siglo XXI.


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